miércoles, 21 de noviembre de 2012

Para el municipio, todos los fines de semana son de “Buen Fin”.

Por: Luis Villarreal Gil Twitter: @luisvillarrealg

De un tiempo a la fecha, nadie escapa al incremento en los retenes que de manera recurrente se han venido instalando los fines de semana por parte de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, con la supuesta intención de detectar a los conductores que circulan en estado etílico, lo cual ante la percepción de la gente es considerado una medida más que de precaución, recaudatoria, tanto para las arcas municipales como para los agentes de tránsito, quienes después de cumplir la “cuota” exigida por sus superiores y a sabiendas de los altos costos que representa el hecho, entre la multa, la grúa y derivados se aprovechan de los conductores beodos, ofertando un “mordida” considerable, pero sin duda más barata en comparación con el procedimiento que corresponde de acuerdo al reglamento.

No son pocos los conductores que han sido sorprendidos por esta medida puesto que resulta casi imposible que en el trayecto a cualquier lugar en la ciudad no se encuentre a su paso con un retén, ya que están distribuidos en las principales arterias, colocados de manera estratégica y en ocasiones hasta disimulada a efecto que capturar a la mayor cantidad posible de conductores bajo los efectos de las bebidas espirituosas.

Y es que desde el punto de vista jurídico, dichos retenes son aplicados de una manera irregular y de forma inconstitucional que, aunque según las autoridades municipales están basados en el reglamento del bando municipal de buen gobierno y esto les indica la detención del conductor y el aseguramiento del vehículo, ningún reglamento puede estar por encima de la Constitución la cual apunta ante estos sucesos la violación, entre otros, de libre tránsito y privacidad además de los artículos catorce y dieciséis, en donde se estipula que todo individuo tiene derecho a ser oído y vencido en un juicio y no podrá ser molestado en su libertad o propiedades sino mediante el ordenamiento de un mandato judicial fundamentando la causa legal del procedimiento. Pero a nadie se le ocurra objetar esto ante los agentes de tránsito, puesto que desata su ira y le cargan la mano en las infracciones cometidas, simplemente apunto aquí, lo que de manera legal debería ser.

Es cierto que es necesario tomar medidas urgentes ante dicha situación puesto que el uso y abuso de las bebidas embriagantes va cada vez en aumento en nuestro Estado, que es considerado como de los de mayor consumo. Es cierto que esta práctica ha culminado en trágicos desenlaces debido a accidentes ocurridos en estas circunstancias. Sin embargo, el hecho de aplicar sanciones económicas severas o sacar de circulación a los conductores que incurran en esta falta es simplemente una medida cortoplacista que viene a solucionar únicamente la solvencia económica del municipio, de ahí la inconformidad de los habitantes y la percepción recaudatoria, puesto que el alcoholismo es un problema grave, es una enfermedad y como tal ser tratada mas allá de las penas corporales o económicas.

Resulta incongruente pues, en una ciudad en la que a decir del diputado Benítez no hay nada más que hacer que beber alcohol, se apliquen estas medidas y a la par se sigan autorizando por parte del municipio la apertura de más antros y puntos de venta. Resulta incongruente la severidad con que son tratados los conductores ebrios y a la par nadie hace nada en contra de las ventanas clandestinas, resulta incongruente la ampliación del horario de venta de bebidas de contenido alcohólico pero a la par el municipio no cuente con instancias formales y efectivas para el tratamiento y la prevención del alcoholismo y la drogadicción.

Esto es equiparable a que yo, como padre de familia, le preste el carro al novio de mi hija de 14 años, le dé dinero, un vinito y además una caja de preservativos y al tiempo la castigue por haber salido embarazada, es decir, yo genere las condiciones para ello y aunque de manera responsable de mi parte les di una caja de condones, nunca les dije para que eran, ni cómo usarlos ni las consecuencias de no actuar de manera sexualmente responsable.

Así pues el municipio genera las condiciones y permite la venta de alcohol a diestra y siniestra y a la vuelta de la esquina se encuentra la autoridad para quitarte dinero por beberlo, esta ha representado su única respuesta ante la problemática del alcoholismo, pero no crea que para el combate o la prevención, ha sido la única y más eficaz respuesta a la falta de recursos económicos del municipio, lo que menos quieren las autoridades es que se acabe esta práctica o se lleve a cabo  de manera responsable, al contrario, síganle echando que al fin y al cabo es un negocio redondo muy redituable. ¿Cierto o no mi estimado Adán $$$oria?

No hay comentarios:

Publicar un comentario