La primera película que se
filmó en nuestro Estado data de 1898, siendo ésta Un Tren Llegando a Durango. Desde esa primera incursión al
celuloide, nuestra entidad tiene en su haber más de 120 producciones
cinematográficas, tanto nacionales como extranjeras, ganando a pulso el
sobrenombre de “La Tierra del Cine” durante el periodo de auge que inició en
los años 50 y perduró hasta los 80.
Recientemente también ha
sido sede de importantes producciones como Bandidas,
Dragonball, y Cristiada por mencionar algunas, y es que aún hoy nuestro Estado
resulta atractivo para la cinematografía por sus bellos paisajes, su extensa variedad
de escenarios naturales y belleza arquitectónica de nuestros edificios
históricos.
Ante esto, es loable la
iniciativa presentada por la diputada Alejandra Zamora para crear la Ley para la Promoción, el Fomento y el Desarrollo
de la Industria Cinematográfica y Audiovisual, la cual tiene como principal
objetivo, como su nombre lo indica, el fomento y la atracción de producciones fílmicas
al Estado, potenciando con esto el desarrollo a través de la derrama económica y
empleos que ésta industria conlleva, lo que traerá de manera colateral la
promoción del turismo para Durango, así como el impulso y las facilidades para
que emprendedores locales puedan incursionar en el séptimo arte.
Inmediatamente
surgieron en los medios de comunicación locales las voces de algunos actores
políticos asegurando que la diputada del PVEM había “copiado” esta iniciativa del
Congreso de Baja California, lo cual es relativamente cierto, pero también es
verdad que la ley lo permite, es decir, el derecho comparado hace referencia a
poder tomar de diferentes legislaturas, de manera total o parcial según
convenga, aquellas iniciativas o leyes que puedan ser aplicables a la realidad
social en base a las necesidades de una entidad diferente. He tenido la
oportunidad de leer en su totalidad dicha iniciativa presentada en Baja
California y, punto por punto es aplicable a la situación cinematográfica de
nuestro Estado. Considero, de manera personal, que aquí tendría una mayor
proyección que en la cuna de Julieta Venegas.
La
importancia que plantea dicha iniciativa -dicho sea de paso, ya fue aprobada en
Baja California- es el de poder llevar a cabo tareas en conjunto de manera
reglamentada entre el Gobierno Estatal, los municipios y el gremio
cinematográfico, a fin de poder agilizar los mecanismos de producción. Además
de poder dar continuidad a los proyectos a mediano y largo plazo, asegurando su
permanencia, independientemente de alternancias políticas y situaciones
derivadas de otra índole.
Analizando
los beneficios que dicha iniciativa convertida en ley traería para el
desarrollo y activación de la industria cinematográfica en Durango, considero
que, aunque su origen no provenga precisamente de la inventiva de la diputada
pevemista, su adaptación en nuestro Estado responde a las necesidades de
potenciar este rubro y, de ser aprobada, generar el escenario adecuado que
devuelva la efervescencia del séptimo arte en nuestro Estado, que lo llevasen
en aquellos años y hasta la fecha a ser considerado como “La Tierra del Cine”.
Con
lo antes comentado queda de manifiesto que la iniciativa, aunque se haya
implementado en otro lado, traería beneficios para los duranguenses y eso es lo
que exigen los representados de cualesquier legislador, cópielo, invéntelo o
sáquelo de donde quiera, pero la consigna de los diputados es velar por los
intereses de los ciudadanos. Ojalá que la diputada Gina Campuzano más que
criticar por el sólo hecho mediático, generara propuestas relevantes, de
trascendencia para el bienestar de nuestra gente, incluso, aunque se hayan
utilizado en otros lados, al fin y al cabo las necesidades primordiales de la
gente suelen ser las mismas, aquí y en donde sea.
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