Por: Luis Villarreal Gil twitter: @luisvillarrealg
Se llama cambio climático a la modificación del clima a una escala global
o regional. la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático hace alusión al término específicamente para referirse a los cambios
o modificaciones meteorológicas o atmosféricas derivadas directa o
indirectamente de la actividad del hombre.
Traigo a colación esta
definición dado lo acontecido el lunes de la semana pasada en Nueva York,
Estados Unidos donde más de 40 mil personas perdieron sus viviendas y aún hoy
se encuentran en una difícil situación puesto que, no obstante lo ya padecido, enfrentan
las inclemencias del frío y el caos ante la falta de los servicios básicos, así
como la posibilidad de ser azotados nuevamente por otro huracán. Este acontecimiento
puso de manifiesto que una de las principales potencias mundiales no se
encuentra preparada para hacer frente a este tipo de fenómenos de la naturaleza
y, lo que es peor, no cuenta con una capacidad de reacción inmediata ante un
contingente de esta índole.
En
México, se atraviesa por la peor sequía que se tenga registro en 70 años. Más
de 1,200 municipios de 19 estados están sufriendo los efectos en mayor o menor
grado por la falta de lluvias o precipitaciones: Durango, Coahuila, Chihuahua,
San Luis Potosí y Zacatecas son los más afectados. El problema es grave: se
perdieron cultivos, un sinnúmero de cabezas de ganado y, lo más lamentable, es
que no son pocos los lugares en los que
no hay acceso al agua potable y para consumo humano.
Ante esto, lo peor está por venir, estamos atravesando una
sequía en su fase crítica. El agua no es suficiente para abastecer las
necesidades de los cultivos, los animales y los seres humanos. Los lagos, las
presas y el agua subterránea alojada en los acuíferos esta muy disminuida. Aunado
a esto, las lluvias que se presentaron en los últimos meses no han sido suficientes
y, aunque lloviera, la tierra tardará en recuperarse de la aridez, los campos
de cultivo tardarán en volver a cosechar, a la ganadería le llevará tiempo volver
a ser costeable y estamos, al menos en Durango, muy lejos de recuperar el cauce
normal de las presas, los ríos y las corrientes subterráneas.
Se preguntará Usted, estimado lector, cual es la relación
entre el contraste de los dos sucesos con los que inicié, pues es que tanto lo
ocurrido en Estados Unidos como lo que sucede en México y cualquier otra parte
del mundo referente a los cambios bruscos en el comportamiento ambiental tienen
que ver en gran medida con el calentamiento global.
El problema de fondo radica en
la falta de una cultura ambiental y de conciencia ecológica. Inicié este
artículo con la definición de cambio climático dado que según estudios e
investigaciones realizadas por la Convención Marco de las Naciones Unidas para
el Cambio Climático, es éste el causante del aumento y severidad de los
fenómenos meteorológicos entre estos huracanes y sequías. Detrás del
calentamiento global está la mano del hombre, de nuestra actividad rutinaria,
de la utilización de productos que dañan la capa de ozono, del desperdicio y
mal uso que hacemos del vital líquido, aún en condiciones de escasez, es la
falta de conciencia sobre el cuidado y la protección al medio ambiente la que
da origen a estos trastornos climatológicos que hoy se ponen de manifiesto
afectando a miles de personas, a manera de alerta, dándonos una pequeña muestra
de lo que le espera a la nuestra y las futuras generaciones de seguir haciendo
un mal uso y abuso de nuestros recursos naturales. Éste momento de crisis
ambiental es óptimo para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida, cuidar
el agua, plantar un árbol, contaminar lo menos posible, caminar en lugar de
usar el coche, apagar la luz, cambiar los focos incandescentes por lámparas
fluorescentes, reciclar, reutilizar. Acciones tan simples que, de ser
implementadas por todos, abonaríamos en mucho a un planeta en mejores
condiciones y su preservación para las futuras generaciones.
Si
nuestros hábitos son encaminados o no a la preservación del ambiente, la
próxima vez que ocurra otro fenómeno en cualquier parte del mundo, debemos
saber que todos tenemos un grado de responsabilidad.
“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza
habla mientras el género humano no la escucha”
Víctor Hugo
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