Por:
Luis Villarreal Gil Twitter: @luisvillarrealg
Para nadie es desconocido el
nulo apoyo que recibió Durango por parte del presidente de la República, Felipe
Calderón, en una situación de verdadera calamidad para nuestra gente, en
especial para nuestros campesinos, quienes padecieron la peor sequía registrada en nuestro Estado
en muchos años, que aún hoy sigue causando estragos en el campo y la economía
de nuestras familias. Sabemos también que tras las gestiones de nuestro
Gobernador, Jorge Herrera Caldera, el Presidente se comprometió a liberar 200 millones
de pesos para la conclusión y arranque del Hospital de Altas Especialidades,
hasta la fecha ese recurso no ha sido liberado.
Durante su discurso
pronunciado en el marco de la celebración del día del Médico, nuestro Gobernador
atribuyó la falta de atención del Gobierno Federal para con Durango a causa de
haber llamado “insensible” a Calderón, comentario que se vertió a los medios de
comunicación y que bastó para que en un acto de total revanchismo dejaran de
fluir para Durango ya no los apoyos extraordinarios para hacer frente a la
sequía o la conclusión del hospital, sino que no ha bajado ni siquiera los
recursos ordinarios destinados para nuestro Estado para el apoyo al campo.
Pero qué podemos esperar,
estimado lector, de un Presidente que tratando de legitimar su fraudulenta
llegada al poder dio inicio a una cruenta guerra contra el narco que lo único que
ha dejado son decenas de miles de victimas entre muertos y desaparecidos, además
de una situación social y económica devastadora a lo largo y ancho del país. Algunos
Estados con mayor gravedad que otros, pero en fin, todos afectados por la
violencia, la inseguridad, así como la muerte de personas inocentes que sin
duda serán el sello característico de la gestión de Felipe Calderón.
Es decir, resulta incongruente
y hasta un tanto irónico el pensar que un Presidente de la República se ofenda
por ser llamado “insensible” ante la falta de respuestas o soluciones de los
problemas de la gente a quienes tiene la obligación de representar y ver por su bienestar y que por
el contrario su reacción sea de venganza y castigo como reafirmando el
calificativo.
Total que estamos a poco más
de un mes de que termine el sexenio de un presidente que ante la falta de
voluntad política y sensibilidad, al margen de ideologías y colores
partidistas, centró su actuar en desestabilizar a México y provocar una
situación de la que poco podemos orgullecernos, al menos en Durango, situación que
tardará en subsanarse hacia la paz, la tranquilidad y el desarrollo que nuestro
Estado y nuestro País puede y merece.
Durango es y ha sido a
través de la historia un pueblo noble que siempre se ha repuesto de las
inclemencias tanto meteorológicas como sociales e incluso geográficas. Aún
incluso sin el apoyo de la federación en el tema de la sequía se ha hecho
frente en buscar ayuda para solventar las necesidades de la gente con mayor
afectación gracias a la participación de la sociedad misma bajo la iniciativa
del programa “Una Gota de Ayuda” implementado por la Señora Tere Álvarez del
Castillo. Si Durango es y ha sido capaz de salir adelante con un Gobierno
Federal adverso a las necesidades primordiales de nuestra gente, la llegada de
Enrique Peña Nieto se vislumbra alentadora a efecto de que con ello habrán de
destrabarse los recursos que tras la gestión de nuestro gobernador Jorge Herrera
Caldera son necesarios para dar continuidad al crecimiento, la competitividad y
el fomento de nuestro Estado como un destino industrial y turístico, en
conectividad con el resto del país. Lo mejor para Durango esta por venir… Calderón,
no te vamos a extrañar.
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