Por Luis Villarreal Gil Twitter: @luisvillarrealg
Mucho se ha hablado que la inseguridad y la violencia que se vive actualmente en nuestro país, en algunos estados más que otros, es consecuencia, entre otras cosas, de las fallidas estrategias del gobierno calderonista que, sin una planeación estratégica, lanzó una guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico en la cual se obtuvieron pocos o nulos resultados. Lo que sí es que concluyó su gobierno con una cifra de muertos demasiado elevada, derivada de los enfrentamientos entre los grupos delictivos y las corporaciones policiales y el ejército, en donde no fueron pocas las víctimas que perecieron de manera colateral: sin deberla ni temerla, por el sólo hecho de estar en el lugar equivocado a la hora de un enfrentamiento.
Hoy, a poco más de dos meses de la llegada de un nuevo régimen a la presidencia de la república, la situación pareciera seguir fuera de control, y no es que con la llegada del nuevo presidente hubiese tenido que venir de inmediato la solución a este problema heredado que se gestó en el gobierno panista de Felipe Calderón y fermentó en todos los sectores sociales, originando diversas células delictivas de criminales de menor nivel que, aprovechando el contexto de violencia, comenzaron a hacer de las suyas ante una sociedad temerosa y despojada de lo más esencial en el ser humano que es su libertad al auto resguardarse ante esta paranoia colectiva ocasionada, en parte, por lo frecuente que resulta presenciar balaceras y enfrentamientos, seguida por la difusión mediática de hechos violentos sangrientos a los que no podríamos acostumbrarnos jamás.
Lo cierto es que, era de esperarse que el cambio en la estrategia trajera reacciones y requeriría tiempo. No es posible acabar de tajo con las consecuencias ocasionadas por años de malas acciones en el combate a la delincuencia, pero más que buscar culpables, la estrategia debe estar centrada en la consecución de la paz y recuperar la tranquilidad y la confianza de las familias mexicanas hacia las autoridades e instituciones. No será fácil, los grupos se resisten y siguen empeñados en no dejar “la plaza” que se traduce en entradas multimillonarias de dinero proveniente de diversas actividades delictivas a fin de financiar sus acciones y procedimientos criminales. Sin embargo, este incremento que se ha dado en los acontecimientos violentos en zonas específicas responde precisamente a que los grupos se han visto disminuidos y se les ha estado dejando cada vez con menor campo de acción para el desarrollo de sus fechorías.
El estado de derecho debe prevalecer, el Estado debe de recuperar la capacidad de ser garante de la seguridad mínima indispensable de quienes habitamos en esta sociedad. La lucha se está dando, la grave situación por la que atraviesa la Región Lagunera es clara muestra de ello. Obvio está que los delincuentes que se encuentran operando en esa zona iban a oponer resistencia puesto que, su ilícita actividad les es redituable y representa amplios márgenes de ganancia. Ante esto, tanto las instancias municipales como estatales que más bien son preventivas y coercitivas en delitos del fuero común, se han visto rebasadas, no porque no se les pueda hacer frente sino porque se trata de criminales organizados con bases operativas bien arraigadas, con muchos intereses de por medio y gente involucrada, lo cual es competencia de instancias federales y militares quienes de un tiempo a la fecha, según se ve, han tomado el control policial en esa región. Este viraje en la estrategia, traerá quizá aún por un tiempo incremento en las acciones de combate y respuesta de los diferentes grupos, mas considero que esta es la única manera de acabar de tajo con la operación de aquellos que lucran con el sufrimiento de las familias de buen vivir.
En lo que hay que insistir, es que no sólo con balas se combate al crimen y la delincuencia: es necesario hacer mayor énfasis en más y mejor educación, cultura y oportunidades de desarrollo en vías de una mejor calidad de vida y la tan anhelada justicia social.
Dicho sea de paso...
Está por inaugurarse el “Ciber joven” en la colonia Fidel Velázquez II promovido por el Instituto Municipal de la Juventud, el cual estará en operación para que los jóvenes que habitan por aquella zona tengan acceso gratis a internet y en donde además contarán con herramientas para promover su desarrollo académico tal como lo es las bibliotecas virtuales, pláticas de valores, entre otras acciones. Así me lo platicó el director de esta dependencia, Francisco Franco Soler, quien dicho sea de paso, ha venido realizando una excelente labor en lo referente a la promoción y fomento del desarrollo de la juventud de Durango Municipio, sin duda un joven de trabajo y resultados, un acierto su incorporación a la administración municipal de Adán Soria.
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