viernes, 23 de marzo de 2012

BENEDICTO XVI Por primera vez en tierras mexicanas
“Vengo como peregrino de la fe, la esperanza y de la caridad”
Por: Luis Villarreal Gil            Twitter: @luisvillarrealg
Recuerdo hace ya algunos años la visita que hiciera el Papa Juan Pablo II a tierras duranguenses, aquel 9 de mayo de 1990 en compañía de dos de mis hermanos y algunos compañeros del grupo de catecismo del Sagrado Corazón de Jesús nos encontrábamos haciendo valla en la acera en lo que hoy es City Club a la espera de la llegada del “papamóvil” con la intensión de presenciar  lo más cerca posible el paso del “Papa Peregrino”, Juan Pablo II, un ser de luz que reflejaba en el rostro una total ternura, paz y amor, a su paso por donde se encontraba nuestra comitiva parecía como reconocer el rostro de quienes habíamos acudido a tan relevante acontecimiento, con su mano derecha levantada en señal de saludo, de vez en vez emitía bendiciones a todos sus fieles seguidores, todo un acontecimiento para la grey católica de Durango y México entero, más aún para nosotros quienes siendo apenas unos niños tuvimos la oportunidad de ser testigos presenciales de la fe y esperanza que irradiaba y que fuera a  marcar nuestras vidas en lo que hoy es un recuerdo que vuelve a mi mente con añoranza dada la visita a México de quien lo sucediera en el papado, Benedicto XVI, traigo este comentario como anécdota por lo relevante que en aquel entonces y aún hoy es para mí en lo personal la visita de su santidad.
                Hoy el sucesor de Juan Pablo II y máximo pontífice Benedicto XVI hizo su arribo por primera vez a tierras mexicanas, Guanajuato fue sede de su visita en un acto de refrendo y renovación de la fe y la esperanza en donde la grey católica de todo el país se encuentra de fiesta y regocijo, la llegada del mensajero de paz se da para México en oportuno momento dado el lamentable contexto de violencia, inseguridad, pobreza, sequía, pero sobre todo de una pérdida de valores y falta de fe, sirva su llegada como punto de partida hacia la armonía y la concordia y más aún hacia la reflexión del actuar de cada uno de nosotros para con el prójimo y la recuperación de la paz y el respeto a la vida. Que esta sea la primera de múltiples visitas, que se siga fomentando el catolicismo, lo digo con respeto  a las diferentes creencias, para la formación de valores y que ojala hoy quede en el corazón de nuestros niños y las nuevas generaciones el mensaje de esperanza de nuestro pastor de que un México en paz es posible, de que un mundo mejor se puede lograr a través de la oración y las buenas intenciones. Bienvenido a México Benedicto XVI México te adopta mexicano.       

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