Por: Luis Villarreal Gil
“En
cualquier momento de decisión, lo mejor que puedes hacer es lo correcto, la
mejor cosa siguiente es lo incorrecto y lo peor que puedes hacer es nada.” – T.
Roosevelt
2017
representa un año de grandes retos para todos los mexicanos, un año en el que
debemos privilegiar la unidad para enfrentar las dificultades que plantea un
escenario complicado derivado del contexto mundial y en donde el Estado
Mexicano ha tenido que tomar medidas rigurosas en aras de mantener la
estabilidad que se ha logrado construir en los últimos años y proteger la
economía familiar.
Como
hemos visto, esta situación ha generado diversas reacciones, muestras legítimas
de inconformidad y descontento que eran de esperarse, son momentos difíciles
que exigen del gobierno la toma de las decisiones más adecuadas para el país y
para la gran mayoría de los mexicanos, aunque ello represente costos políticos
que otros en el pasado no quisieron afrontar.
Sin
embargo, no haberlo hecho hubiera representado una afectación considerable en
las acciones y programas del Gobierno de la Republica en rubros de gran
sensibilidad social como lo son; la salud, la educación, los programas
sociales, entre otros, atentando con ello las condiciones mínimas de bienestar
para los mexicanos, más aún, de aquellos que se encuentran en condiciones
vulnerables.
Es
cierto que existen otras medidas, es necesario reducir el gasto operativo de
muchas dependencias gubernamentales, es cierto también que muchos de los
salarios de funcionarios y servidores públicos de alto nivel, no concuerdan con
la realidad económica de la gran mayoría de los mexicanos, hay mucho por hacer,
reducir por ejemplo las prerrogativas a los partidos políticos, eliminar
diputados federales y senadores
plurinominales, cobrar impuestos a las grandes empresas internacionales, es
decir, son múltiples acciones que en suma paulatinamente deberán implementarse y
verse reflejadas en el fortalecimiento de nuestra economía.
Si
bien el incremento en el precio de las gasolinas es un duro golpe para la
economía de todos, economistas coinciden en que haber mantenido el precio
artificial mediante subsidios, representaría estar aplazando un problema
financiero que tarde o temprano colapsaría obligando a tomar medidas aún más
severas y de mayores consecuencias para el gasto familiar. Con esto no quiero
decir que haya que celebrar, al contrario, debemos poner mayor atención del
destino de los recursos que son de todos los mexicanos, en que se gasta, en que
se aplica y que beneficios tienen, debemos exigir transparencia y rendición de
cuentas para que cada peso invertido llegue completo a donde tiene que llegar.
Hay
quien pretende manipular el descontento tratando de obtener ventajas políticas
para el tiempo electoral, llaman a desestabilizar, apelan a la división de los
mexicanos mediante la desinformación o información mal intencionada, es
comprensible que la gente se encuentre molesta, más aún, cuando las medidas
adoptadas se reflejan de manera negativa en el ingreso y el gasto del ciudadano,
pero no caigamos en el engaño, el ejercicio del poder requiere de la toma de
decisiones que para entender tendríamos que conocer todos los factores que inciden,
sé que es difícil confiar, pero demos el beneficio de la duda a que las determinaciones
del presidente Enrique Peña, están encaminadas a la consolidación de una economía
de mayor estabilidad y competencia.
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