Por: Luis Villarreal Gil
@luisvillarrealg
En
los últimos años, he tenido oportunidad de participar en diversos procesos
electorales en diferentes perspectivas en cada uno de ellos, desde el
territorio en brigadas hasta la coordinación de campaña, no solo en Durango,
sino que también se me ha dado la posibilidad de operar en diversos estados de
la República Mexicana.
Bien
dicen que cada proceso electoral es diferente, difieren sobremanera de acuerdo
al contexto político y social particular de que se trate la elección en
cuestión, sin embargo, hay siempre una constante y eso tiene que ver con la
conquista del voto como objetivo primordial de cualquier partido político y de
cualquier candidato ya sea para ganar, para posicionarse, para mantener un
registro, etc.
Los
formatos de campaña suelen ser similares, es decir, la estructura de un partido
político y lo que conocemos como el voto duro, tiende a manifestarse igual de
un proceso a otro a menos de que existan factores que por su complejidad o causas
externas modifican los resultados, estos factores son derivados del propio
contexto político.
Para ejemplificar lo anterior, puedo citar la elección a gobernador
en Durango de 2010 en donde el factor que puso en riesgo el triunfo del PRI fue
precisamente la ascendencia priista del candidato opositor, quien aprovechándose
de la estructura y el conocimiento del manejo de la política interna, permeo en
las bases logrando el apoyo, en su mayoría oculto, de la militancia del
Revolucionario Institucional situación que no fue prevista o se le restó
importancia, dado que la ventaja del candidato del PRI se mantenía por más de
catorce puntos arriba, los resultados el día de la elección fueron otros.
Otro
caso reciente fue la elección a la alcaldía de Cuernavaca, Morelos, en donde Cuauhtémoc
Blanco, postulado por un partido con nulas posibilidades de ganar, se alzó con
el triunfo derivado del posicionamiento del futbolista con lo cual se logro
incidir de manera negativa en los resultados de otros partidos incluso en las
diputaciones por el arrastre que este personaje generó, de igual forma se menospreció
la influencia que este factor podría ocasionar en la tendencia del voto dada la
estructura de los partidos de mayor fortaleza como es el caso del PRD y del PRI
en aquella entidad, incluso logró ponerse por encima de la operación política del
Gobernador de Morelos quien utilizo todos los recursos a su alcance para
favorecer a su candidato, Cuauhtémoc gano sin problemas.
Sin
duda que en los procesos electorales existen otros factores que se conjugan, el
triunfo o la derrota no dependen específicamente de una sola causa, más sin
embargo el estudio de este tipo de fenómenos, a quienes nos dedicamos al procesamiento
de datos electorales así como la operación en campañas, puede generarnos una
tendencia para poder plantear una estrategia adecuada en el caso concreto.
Hoy
en Durango, podría pensarse que estamos viviendo un proceso que se antoja
similar al ocurrido en 2010 - PAN con el mismo candidato en alianza con el PRD
- nada más distante de la realidad, pensar que los resultados serán similares
porque así lo determina el histórico electoral sin considerar otros factores,
es una gran equivocación.
Con
mero afán de realizar un ejercicio y sin ahondar en lo electoral por falta de
espacio, a mi consideración en base a la experiencia, planteo diversos factores
que deberán considerar los expertos operadores de la estrategia de uno u otro
equipo:
1.-
El posicionamiento que alcanzó Aispuro
en 2010 respondió a su salida del Revolucionario Institucional en donde muchos
actores aún sin manifestarlo se solidarizaron a su causa, la victimización que
vendió antes no le funcionara en este proceso.
2.-
El apoyo financiero y de estructura que en 2010 le brindo el Gobierno Federal
en manos del PAN, fue crucial para el desempeño de la campaña de la alianza
opositora en donde lograron “comprar” activos incluso al interior del
Revolucionario Institucional, hoy esa ventaja le favorece al PRI y dicho sea de
paso sabe operarla mejor.
3.-
El experimento de alianza entre el PAN y el PRD de alguna manera les funciono
en algunos estados, representaba en ese entonces y ahora una conjunción inédita,
que parecía impensable entre estos dos partidos por su diferencia ideológica
sin embargo, fue una novedad. Hoy esta alianza ha perdido credibilidad incluso
al interior de ambos partidos no han logrado del todo cohesionarse en un solo
proyecto.
4.-
La aspiración de Leticia Herrera a la gubernatura del estado y el encono que se
generó entre los gomezpalatinos en torno a la determinación del candidato del
PRI, sin duda habrá de generar una variación en la tendencia del voto en la
Región Lagunera, voto, que en últimos procesos le ha representado el triunfo al
tricolor.
5.-
La participación de 6 candidatos a la gubernatura habrá de debilitar el voto
opositor, el del PRI con su estructura podría consolidar el triunfo.
De
forma sintetizada se plantean los cinco puntos anteriores mismos que son motivo
de análisis, hay más, pudiéramos plantear números y especificar áreas de
oportunidad o de riesgo, pero tendría que cobrarles mis honorarios.
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