viernes, 6 de junio de 2014

Precario el salario mínimo en México.

Por: Luis Villarreal Gil
@luisvillarrealg
 
Hoy en día, el poder adquisitivo del ciudadano promedio es verdaderamente bajo e inalcanzable para satisfacer sus necesidades básicas y de consumo de los insumos necesarios para el diario vivir, y es que la gran diferencia entre el incremento de los precios derivado en cadena por el aumento gradual que en los últimos años ha presentado la gasolina y algunos otros energéticos contra el aumento que se diera al salario mínimo a partir del primero de enero de este año a razón del 3.9 por ciento (2.39 pesos), pareciera que se trata de una burla al esfuerzo de cualquier mexicano que lucha día con día por salir adelante y sacar adelante a su familia.
 
Echándole cuentas, para ejemplificar esto, un galón de leche cuesta 24 pesos, medio kilo de huevo 13, dos panes 5 y un bote de frijoles 13 esto en total suma 55 pesos solo para el desayuno básico de 3 o 4 personas, ¿y la comida?, ¿y la cena?, ¿y el camión para ir al trabajo?, en qué cabeza cabe pues pensar que con un salario mínimo, es decir, 63.77 pesos (en la zona “B” a la que pertenece Durango), se puedan satisfacer las necesidades de cualquiera y es que, ya entrados en materia, la Constitución establece, en su artículo 123, cito textual:
 
 
 
 "Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos".
 
 
Sinceramente, estimado lector ¿Usted cree que 63 pesos diarios pudieran ser suficientes para mantener una familia?, Si difícilmente creo que una sola persona pueda subsistir con esa cantidad, no me imagino la situación de una pareja con dos o más hijos pudiendo acceder a lo más mínimo indispensable para vivir, mucho menos que se pueda proveer además cultura y educación.
 
 
 
Lo más lamentable es que de acuerdo con las cifras más recientes del INEGI, esta es la situación de 6.7 millones de mexicanos, es decir, el 15.1 por ciento de la población en el país apenas, o más bien a penas sobrevive, pues entre los mil 530 pesos mensuales percibidos por un trabajador ganando el mínimo contra los mil 225 pesos que de acuerdo a la Coneval cuesta la canasta básica alimentaria por persona podemos dar cuenta que para una familia un salario mínimo no es para nada suficiente
 
 
 
Lo cierto es que la gente, de algún modo u otro subsiste y sale adelante, nunca falta que la despensita, los programas asistenciales, el fiado, el first cash, etc. Sin embargo, ¿no es cuestión también de falta de voluntad y sensibilidad política? Es decir, los salarios mínimos son fijados por una comisión nacional integrada por representantes tanto de los trabajadores como de los patrones y el gobierno, quienes la integran ¿sabrán  realmente lo que es padecer hambre? ¿Sabrán lo que representa para un padre de familia no poder satisfacer las necesidades básicas de sus hijos?, obviamente no tienen ni la más remota idea de lo que es tratar de sobrevivir con esa cantidad, ya ve al ex titular de hacienda Ernesto Cordero que aseguraba que con seis mil pesos alcanzaba para pagar casa, coche y escuela de paga, absurdo ¿no cree?
 
Entonces pues, como mucho de lo que contempla la Constitución, el artículo 123, en lo referente al tema aquí planteado, no es más que una utopía jurídica en donde lo establecido dista mucho de la realidad, no por el hecho de que no pueda llevarse a cabo, sino por que quienes son responsables de la aplicación de las leyes la interpretan de manera contraria a los intereses del pueblo.
A manera de reflexión, me parece importante mencionar que en Estados Unidos el salario mínimo por hora es de 7.25 dólares, 58 en una jornada de ocho horas lo cual representa mil 392 dólares al mes, en pesos  algo así como 18 mil, que si bien allá se gasta en dólares y son más elevados los precios, la calidad de vida a la que pueden acceder con un salario así es por mucho mejor a la que millones de mexicanos pueden costearse con lo precario del salario mínimo en nuestro país.
En fin, ya lo estableció León Trotski “Exponer a los oprimidos la verdad sobre la situación es abrirles el camino a la revolución” así que a mí ni me lean.

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