lunes, 3 de junio de 2013

¿El cambio… es ahora?

“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.                                                                                     Alexei Tolstoi
Por: Luis Carlos Villarreal Gil    twitter: @luisvillarrealg
Recuerdo en el año 2000 cuando yo apenas iniciaba a inmiscuirme en el ámbito político e interesarme por las causas sociales, se levantó una gran expectativa ante “el cambio” que utilizara como bandera el Partido Acción Nacional y en donde su candidato a la Presidencia de la Republica, en aquel entonces, Vicente Fox, logró “venderse” como alternativa ante la desesperanza, el hartazgo y la desesperación de un país afligido y sumido en circunstancias sociales adversas. Fuimos los jóvenes de aquel entonces (como generación), revolucionarios, inquietos, exigentes de un futuro promisorio y quizá hasta algo ingenuos quienes ante la necesidad precisamente de un cambio logramos por la vía democrática terminar con un régimen que por más de 70 años había conducido el destino de nuestra nación.

         Derivado de ello transcurrieron dos sexenios de gobierno en manos del PAN, el de Vicente Fox que pasó desapercibido entre la corrupción, la burla y la desfachatez que lo caracterizaron y el de Felipe Calderón en el cual los resultados fueron catastróficos: elevados índices de pobreza - según el informe de evaluación de la política de desarrollo social 2012, elaborado por el CONEVAL, de 2006 al 2012 se incrementó la cifra de mexicanos en esta condición a razón de 3 millones 155 dando un total de  51 millones 993 mil personas en esta situación- a esto hay que sumarle la violencia e inseguridad desatada por las equivocadas estrategias en el combate al narcotráfico lo cual trajo como único resultado un saldo superior a los 70 mil muertos, desempleo, nulo crecimiento económico, etc.

         Ese es “el cambio” que trajeron los gobiernos del PAN, un cambio que se convirtió en la tragedia de miles de familias que perdieron a un ser querido en la fallida “Guerra contra el Narco”, un cambio que trajo consigo la desesperanza de millones de padres de familia que se ven en la incapacidad de llevar el sustento a sus hogares ni siquiera para poder cubrir lo mínimo indispensable ya no para una vida digna, sino para el diario vivir, la alimentación de sus hijos, mucho menos para proveerles de una educación de calidad que les bride al menos la esperanza de salir adelante y cambiar de condición en un futuro próximo, un cambio en donde la falta de oportunidades y espacios de desarrollo educativo, económico, cultural, deportivo, etc. tiene a nuestros jóvenes a merced de la delincuencia organizada sumidos en las adicciones o bien integrados en sus filas.

Está en evidencia pues que Acción Nacional no sabe gobernar, su participación ha sido en base a intereses mezquinos personales o de grupo en la búsqueda del poder por el solo hecho de ostentarlo, no han encontrado siquiera al interior de sus filas la concertación de acuerdos o la voluntad política como así lo refleja la situación conflictiva que se sostiene en la dirigencia nacional, o que decir del abandono del 80 % de su militancia en la pasada afiliación que no se refrendó con el blanquiazul.

Ante esto, en Durango pareciera una burla para la sociedad que el candidato a la alcaldía por el Partido Acción Nacional Jorge Salum, sustente su campaña en el ofrecimiento de “un cambio” aún y cuando las circunstancias arriba descritas forman parte de una realidad aún latente, sensible y de alcance nacional que llevará tiempo revertir.

Y es que resulta paradójico y un tanto incongruente, ofrecer un cambio cuando la vida interna democrática del PAN ha quedado en entredicho tras las pretensiones de Víctor Hugo Castañeda de favorecer al grupúsculo que ha conformado, ¿cómo es posible creer en un cambio si han prostituido su ideología entregándose a un partido infestado de corruptelas y prácticas turbias como lo es el PT?, ¿cómo tratar de convencer de que este “cambio” resultará favorable, cuando Gonzalo Yañez se ha convertido en el principal protagonista de esta “Alianza de Facto” y es por todos conocido como un político “vendido”, de malas mañas que se ha enriquecido a costa de las necesidades de la gente?

El equivocarse es de humanos y es inherente al desarrollo del hombre en cualquiera de sus facetas pretender cambiar para bien, pero un cambio sin sustento, sin un rumbo claro bien definido, trae consigo consecuencias adversas, y esto resulta peor cuando quien termina pagando la factura es precisamente el ciudadano. Entonces ¿cambiar para beneficio de quien y a qué precio? Ese es el cuestionamiento que se deberá hacer el elector en los próximos comicios, la memoria política y las condiciones en las que actualmente vive la gente serán el factor determinante.

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