martes, 17 de julio de 2012

El proceso electoral ante la necedad de López Obrador y la situación del país en la alternancia política.



Por: Luis Villarreal Gil     Twitter: luisvillarrealg

Como ya se veía venir dado que todas las encuestas y la percepción popular así lo manifestaban, el pasado 1 de julio en un proceso democrático y de gran participación social los mexicanos elegimos a quien habrá de encabezar los destinos de la nación por los próximos 6 años, Enrique Peña Nieto, un político joven, de gran auge que se ganó la confianza de la mayoría y que supo generar los acuerdos y las alianzas necesarias para obtener el triunfo de una manera contundente con una diferencia de más de tres millones de votos con su más cercano competidor, Andrés Manuel López Obrador. En este proceso de alternancia política en donde el PRI en alianza con el PVEM recupera la presidencia de la república después de doce años de gobiernos panistas hay dos cosas que particularmente considero son de llamar la atención, la primera, la necedad de López Obrador de seguir dividiendo al país, poniendo en duda la solidez de las instituciones y las organizaciones sociales, pretendiendo ganar en las calles lo que el pueblo le negó en las urnas con una marcada tendencia de impugnar la legitimidad de otros líderes, lo cual solamente confirma su pretensión de convertirse en el único representante del pueblo, recuerdo haber leído que alguien lo describía como un “mesías autoproclamado que se considera así mismo la encarnación de la voluntad popular” nada más acertado. Hoy tras el desahogo de las diferentes pruebas que los partidos están presentando a consideración ante las autoridades correspondientes será el TRIFE quien dictamine la validez, procedencia o anulación de los recursos presentados para a su vez otorgar la legalidad del proceso que da como virtual ganador al candidato de la alianza “Compromiso por México”  Enrique Peña Nieto. En dado caso, y como es de esperarse, una vez que los tribunales ejecuten el fallo a favor de EPN ¿Qué va a hacer López Obrador?  Recordando la elección pasada en donde lanzo su tan mediática frase “al diablo con las instituciones” y llevo a la gente a las calles a manifestarse, hoy a sabiendas que por un desgaste natural político y social esta sería su ultima intentona de buscar la presidencia de la República, ¿acatará y respetará las decisiones emitidas por el Tribunal Electoral? Por el bien del país y los mexicanos ojalá sea congruente con sus postulados de campaña y su “República Amorosa” y canalice todos los esfuerzos de sus simpatizantes y manifestaciones sociales en la construcción de una izquierda más propositiva y de mayor impulso que redunde en una mejor calidad de vida y justicia social en igualdad de circunstancias para todos los mexicanos y encabece una lucha, lejos de las discrepancias políticas privilegiando el dialogo y la generación de acuerdos por el bienestar de la nación, unidad, paz y progreso eso es lo que México requiere.
                El otro de los puntos que mencionaba al principio es la debacle de Acción Nacional quien después de haber mantenido el poder en la presidencia de la República hoy paso a la tercera fuerza en relación a la votación obtenida en el proceso electoral con su candidata Josefina Vázquez, y lo hace ante una percepción social de corrupción, muerte, violencia y pobreza, no quiero decir con esto que sean los gobiernos panistas los causantes de todas las calamidades que azotan a nuestro país, quizá hasta hubo avances en diferentes rubros, lo cierto es que en política percepción es realidad, y los mexicanos que hace doce años sustentaron en su voto la alternancia como esperanza de un cambio en la situación de México hoy, decepcionados de la realidad social que se vive en nuestro país, vuelven a hacer uso del sufragio, si a manera de esperanza por una nueva alternativa que dirija el destino de nuestro país, pero más bien como forma de castigo a los malos gobiernos, aquí radica el gran compromiso de quien a resultado electo de cumplir a la confianza que el pueblo le ha otorgado.
                Al PAN le queda, como en su momento al PRI hace doce años, y a los demás partidos, aprender de los errores, reestructurarse y seguir trabajando, la democracia en México hoy es una realidad, se esta consolidando con instituciones cada vez más eficientes y confiables pero sobre todo con una participación social cada vez más razonada y de mayor efectividad a la hora de emitir el voto. 

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