Por: Luis C. Villarreal Gil @luisvillarrealg
Hace tres años, en enero de 2012, tuve por primera vez en
mis manos la primera edición de una publicación de mi autoría denominada
“Manual del Activista Político; para una promoción efectiva” la cual contiene
una serie de procedimientos, adquiridos en base a la propia experiencia, sobre
la forma de llevar a cabo la promoción del voto en una campaña electoral, y
como sobrellevar el trabajo del equipo de campaña desde su inicio hasta el día
de la votación.
En este entonces, hasta ese momento el procedimiento
establecido en el manual resultaba una guía práctica y eficiente para la
capacitación de los equipos de campaña en sus diferentes ámbitos de
competencia. Dicho manual, ese mismo año fue implementado para la capacitación
que el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde Ecologista de México
impartió a sus estructuras en todo el país. Hoy, a tres años, después de la
Reforma en materia electoral, el procedimiento de las campañas electorales es
totalmente distinto, me quedó en el tintero la publicación de la segunda
edición del mismo, por considerarlo ya obsoleto a las nuevas formas que
producto de la Reforma fue preciso implementar, como así pudimos percatarnos en
el recién pasado proceso electoral federal, en donde todos los involucrados en
la realización de este ejercicio democrático (partidos políticos, INE,
candidatos, consultores, etc.) debimos aprender y por supuesto evolucionar y
adaptarnos a la nueva forma de realizar actos y campañas de proselitismo y de
la política en sí.
La promoción del voto tal y como la concebíamos quienes
hemos tenido la oportunidad de participar directamente en su realización ya no
es posible llevarla a cabo de la misma manera, cambio en la forma, en el fondo
sigue siendo una cuestión numérica, gana quien tiene más votos.
En mi opinión, ha cambiado en gran medida el
procedimiento a razón de dos situaciones muy importantes:
1.- Hoy como nunca la Ley le otorga facultades y atribuciones
al INE para la fiscalización de las finanzas de los partidos políticos
relativas a los procesos electorales y las campañas de los candidatos,
situación ante la cual, trátese del partido que fuere, vino a tener que limitar
los recursos que antaño se ejercían en el territorio para el “convencimiento”
del potencial votante, desde el utilitario hasta una disminución considerable de
los equipos, eventos masivos, movilidad, imagen, etc. en otras palabras, el
rebase de los topes de campaña – motivo de cancelación del registro - hoy cobró
una singular importancia tanto por la rigurosidad que el INE implementó en la
vigilancia, como por la observación de partidos contrarios a la espera de
cualquier error para interponer una queja.
2.- A la falta de recursos, otro de los factores que
inciden es el corto tiempo en que hoy en día se viven los procesos electorales,
es imposible llevar a cabo una campaña de proselitismo que logre abarcar en su
totalidad un distrito, un municipio o un estado con la presencia y el mensaje
del candidato, situación que vino a afectar a todos los partidos pero aún más a
aquellos de recién formación que no cuentan con una estructura firme para
consolidar un proyecto en el corto plazo y la disparidad que hay entre ellos y
los llamados partidos “grandes” en cuanto a su presencia en medios de
comunicación, recursos, militancia, estructura, etc.
Así pues, la falta del ejercicio de los recursos y el
tiempo son factores a considerar en la formulación de las estrategias de los
próximos comicios, los partidos “grandes” no pueden echar mano de los recursos,
no porque no los tengan sino porque la ley los limita, es decir, ya no es
posible tal derroche de prebendas que a diestra y siniestra se sabe ejercían
sin ninguna penalidad y los partidos “chicos” aunque quisieran, no cuentan con
tales recursos ni tiempo para convencer a la mayor cantidad posible de votantes.
Tal situación vino
a obligar la realización de campañas más ingeniosas, con más estrategia y con
un mayor trabajo previo a la elección en lo referente a la conformación de la
estructura y la generación de adeptos, además de la formación, impulso y
proyección anticipada de posibles candidatos que sean forjados en base al
trabajo en las calles, con la gente. En otras palabras, los procesos electorales
hoy en día deben ganarse antes de que dé inicio el proceso electoral, cuando la
fiscalización no es tan rigurosa y cuando se cuenta con el tiempo necesario
para llevar a cabo un posicionamiento estratégico en el campo, una vez que dé
inicio la campaña debe contarse ya con un candidato posicionado en imagen y
propuesta, un padrón de votantes convencidos y una ruta de reforzamiento y
acciones para que la campaña sea mero trámite para consolidar el proyecto.
A partir de la reforma, los partidos, candidatos y todos
quienes nos dedicamos a realizar acciones de estrategia y de proselitismo, nos
estamos viendo en la necesidad de encontrar nuevos mecanismos para la
realización de una promoción más efectiva que redunde en triunfos electorales, como
ejemplo, está el fenómeno causado por la candidatura de Cuauhtémoc Blanco en
Cuernavaca, planteada en un inicio para incrementar la votación del PSD – con
ello sus prerrogativas y posiciones – y que resultó en el triunfo del
futbolista sobre las estructuras “consolidadas” del PRI, PAN y PRD dado el posicionamiento
de este conocido deportista y sumado a esto el hartazgo que la gente tiene a
las estructuras de partido tradicionales dándole con ello mayor efectividad a
su voto para premiar o como en este caso castigar.
Ese tipo de estrategias son las que vendrán a dar nuevos
triunfos electorales, ese es el punto preciso del nuevo papel del proselitismo
y las nuevas formas de hacer campaña, ingenio y estrategia para ganar, a final
de cuentas ese es el objetivo y el papel fundamental de los partidos políticos,
ganar elecciones, si quien llega al poder es bueno o es malo, será el mismo
elector quien así lo determine, en última instancia si es un actor, un payaso, un
futbolista o un independiente será porque el votante seguramente así lo quiso.
“Manual
del Activista Político”
http://issuu.com/grdarmendariz/docs/luisvillarreal.manualdelactivista
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