viernes, 5 de septiembre de 2014

A propósito de las consultas ¿Usted vende la sangre o la dona?



Por: Luis Villarreal Gil                                                              @luisvillarrealg

Inicio esta participación haciéndome el gracioso con ese “chistorete”, obviamente con el respeto que Usted se merece, en donde la respuesta espontánea de cualquiera que lea estas líneas, o al menos de la gran mayoría, será -  “la sangre, la sangre”. Esto en relación a las campañas de consulta emprendidas por el PRI, PAN y PRD, que más que la búsqueda de soluciones a las problemáticas planteadas, pretenden el foro mediático a fin de marcar la agenda rumbo al próximo proceso electoral, ya que las respuestas que se habrán de verter resultan por su obviedad por demás conocidas.  

Y es que el descontento ciudadano, la falta de credibilidad del elector hacia los partidos y los actores políticos y otras múltiples cuestiones que de unos años para acá le han ido restando legitimidad a los gobiernos y los procedimientos democráticos, ha  obligado a estas instituciones políticas a hacer partícipe de alguna u otra forma al ciudadano promedio en estos temas que, de acuerdo a las dirigencias de uno u otro, son trascendentes y de relevancia nacional, con la clara  intención  de “reconciliarse”  con el elector  a través de estas consultas que a mi parecer resultan como una burla a la conciencia ciudadana dado que, más allá de la ratificación de la molestia en el sentir ciudadano, porque eso sí, son temas que le duelen a la gente, elegidos estratégicamente por su alto contenido de descontento social, no se vislumbra ningún resultado favorable o siquiera el menor indicio de que las cosas vayan a cambiar significativamente.

En una situación económica tan precaria como la nuestra, ¿A quién que le pregunten si quiere o merece ganar más, se va a negar a ello? En este descontento ciudadano ante la clase política ¿Quién no va a estar de acuerdo con eliminar cien diputados plurinominales? Quítenlos a todos habrá de responder más de uno. Que si el petróleo es o no es de los mexicanos, que si manos extranjeras van a llevarse ganancias, ¿y?, ¿mexicanos o extranjeros, en que le beneficia al pobre?, ¿a la clase media trabajadora?, ¿alguna vez le ha llegado a Usted, estimado lector, un peso derivado de utilidades petroleras? Claro que no.

Reconociendo entonces este rechazo ciudadano a las cuestiones políticas, se ha vuelto necesario tanto para gobernantes como para los diferentes partidos del país incrustarse en una nueva dinámica en donde el ciudadano, desconociendo el gran potencial de su participación, aún se muestra apático, renuente, falto de interés y con muy poca o nula participación política, sin embargo, mantiene la esperanza de que las cosas puedan cambiar y acceder a una mejor calidad de vida, situación que lo torna vulnerable al engaño y la manipulación.

La situación económica de la mayoría de los mexicanos está sujeta al diario vivir, a la falta de oportunidades, a la lucha constante la cual dista mucho a la realidad planteada de cualquier político o de cualquier gobernante, es cierto que hoy en día se vive mejor, hay que reconocer que se ha avanzado en gran medida en cuanto al combate a la pobreza, pero también es cierto que aún falta mucho por hacer y aquí es donde los partidos políticos deben enfrentar el reto con responsabilidad, con eficiencia, con trabajo, verdadera representación y compromiso, el que un partido político, que se supone debe representar los intereses de quienes les han otorgado su confianza a través del voto, acuda a estas prácticas de consulta en temas de singular importancia que se saben porque forman parte de la vida diaria del mexicano promedio, porque castigan su economía, porque limitan su crecimiento, solo evidencia, primero, que estos partidos desconocen pues la situación del país y segundo que sus intereses están muy alejados de los de la ciudadanía.

En fin, no es más que un  juego de simulaciones tratando de aparentar interés por las causas ciudadanas, aunque se hayan recaudado las miles de firmas que el ciudadano de buena voluntad “inocentemente” aporta, aunque se llevaran esos temas a discusión en el Congreso de la Unión robusteciendo el “show” al mero estilo de la “señorita Laura”, le consulto, ¿sabe Usted que es lo que va a pasar? exactamente, NADA.

En fin, existe una máxima del marketing político que reza – La gente no vota por lo que has hecho, sino que te castiga por lo que has dejado de hacer… 2015 allá vamos!!

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