El 2 de julio del 2000 el Partido Acción Nacional obtuvo el triunfo en las elecciones presidenciales, con esto se dio, después de 70 años, la alternancia política. Hago mención a tan relevante suceso en la vida democrática de nuestro país hoy a casi doce años de ese proceso de transición que significó para la mayoría de los mexicanos la esperanza de un cambio que redundara en una mejor calidad de vida y fuera el detonante para el desarrollo tan anhelado de nuestro país. No podemos negar que este proceso vino a fortalecer el sistema democrático de México en donde se puso de manifiesto la voluntad de la mayoría, privilegiando la participación social a través del voto, el cual vino a adquirir mayor confiabilidad otorgándole una nueva concepción al poder que tienen los ciudadanos de elegir a sus gobernantes dando legitimidad al proceso. Importante mencionar también la apertura que a raíz de la alternancia se dio a diferentes corrientes políticas incrementando con ello el nivel de la propuesta y de las acciones generadas por un ambiente de competencia electoral.
Después de esta breve contextualización acerca del cambio en la vida política y democrática de nuestro país a partir del 2000 y retomando el tema de fondo que llevó a que la alternancia política fuera posible, la búsqueda de más y mejores oportunidades, de mejor calidad de vida fundamentada en la esperanza de un país que prometía desarrollo y progreso, este fue el escenario que llevó a la voluntad de la mayoría a apostarle al “cambio”, hoy vemos con tristeza que el cambio sucedió pero a manera de retroceso no solo no se mejoraron las condiciones para la satisfacción de lo más mínimo indispensable del mexicano común, sino que también no hubo crecimiento en oportunidades, empleo, educación, y lo más lamentable es que derivado de esto hubo un incremento considerable en los niveles de pobreza lo cual fue a su vez, un detonante de violencia e inseguridad. Hoy ante este panorama adverso la situación política de México se encuentra en la antesala de alternar nuevamente a un partido diferente en la Presidencia de la República siendo el Revolucionario Institucional quien se perfila de manera exorbitante en las preferencias electorales, un PRI que pareciera haber aprendido de los errores del pasado y aprovechado de la coyuntura de un Acción Nacional que no logro adaptarse al poder y a las exigencias populares. De seguir con la tendencia dada hasta el día de hoy en la intención del voto, no cabe duda que le tocará al PAN hacer entrega del poder al Revolucionario Institucional, partido que en su momento de manera pacífica y democráticamente acató el designio popular y dio paso en aquel entonces a una nueva era en la vida democrática de México.
Hoy como ciudadanos nos toca velar por lo que hasta el día de hoy se ha logrado avanzar en lo referente a la participación ciudadana y a la confiabilidad de los procedimientos electorales, hoy más que nunca debemos hacer valer nuestro voto el cual como apuntábamos al inicio de este escrito lleva implícito una larga lucha en la búsqueda de una democracia más participativa para hacer valer la decisión de la mayoría pero de manera más importante para que esta decisión sea respetada. Hoy los mexicanos damos un voto de confianza hacia los procedimientos electorales y a la madurez política de los actores para que tengan la capacidad primero de garantizar un proceso electoral en el marco de la legalidad y segundo para que sean cuales fueren los resultados emanados de voluntad popular sean respetados por el bien de la nación.
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