lunes, 28 de noviembre de 2011

Las redes sociales y el acontecer político.


Hoy en día las redes sociales han venido aumentando su uso y relevancia  para el desenvolvimiento del acontecer político no solo en nuestro país sino en el resto del mundo, su importancia radica básicamente en la voz que le dan a las manifestaciones e inquietudes del ciudadano común y al gran alcance que estas llegan a tener a través de la interacción de millones de usuarios, lo cual permite vincular criterios y agrupar maneras de pensar tales que llevadas a la acción han detonado grandes movimientos que van en aumento, encaminados al empoderamiento social y hacia la mayor incidencia en la toma de decisiones.
            El papel que las redes sociales  juegan es tal, que la clase política de cualquier nivel ha comenzado a incursionar en el ciberespacio, tratándose de adaptar a esta nueva forma de participación ciudadana, en la búsqueda del posicionamiento y la aceptación colectiva, las redes sociales significan una herramienta de gran potencial debido a la conectividad ilimitada de los usuarios y tras la posibilidad de brindar información, interactuar, debatir y exponer puntos de vista a miles de personas. Se han convertido en uno de los principales indicadores políticos en donde el usuario tiene la libertad de manifestarse y calificar como mejor le convenga a cualquier propuesta política.
            Rumbo al próximo proceso electoral en México ha comenzado a gestarse un activismo en red a favor y en contra de todos los candidatos quienes se esfuerzan día a día por mantenerse vigentes e incrementar su número de seguidores o simpatizantes, si bien es cierto que aún la incidencia de las redes no es tal como para definir una elección, la percepción generada por ellas puede ir marcando una clara tendencia de la intención del voto. Cualquier equipo de campaña que pretenda participar de manera activa, sabe de lo imprescindible que resulta hoy la utilización de nuevas tecnologías y la innovación en la manera de hacer política.
            Es de esperarse pues que en los próximos días ya mas entrados en el proceso electoral, se comience a intensificar la ciberpolitica, un vinculo de interacción entre políticos y ciudadanos con el cual es posible dar respuesta casi de manera inmediata a algunas de las problemáticas sociales, además de propiciar la generación de acuerdos y el fortalecimiento de las propuestas y políticas públicas encaminadas al desarrollo social, privilegiando la propuesta  y la generación de acciones colectivas con la intención de fortalecer la participación ciudadana hacia el bienestar y progreso.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Un voto de confianza; hacia la alternancia política


El 2 de julio del 2000 el Partido Acción Nacional obtuvo el triunfo en las elecciones presidenciales, con esto se dio, después de 70 años, la alternancia política. Hago mención a tan relevante suceso  en la vida democrática de nuestro país hoy a casi doce años de ese proceso de transición que significó para la mayoría de los mexicanos la esperanza de un cambio que redundara en una mejor calidad de vida  y fuera el detonante para el desarrollo tan anhelado de nuestro país. No podemos negar que este proceso vino a fortalecer el sistema democrático de México en donde se puso de manifiesto la voluntad de la mayoría, privilegiando la participación social a través del voto, el cual vino a adquirir mayor confiabilidad otorgándole una nueva concepción al poder que tienen los ciudadanos de elegir a sus gobernantes dando legitimidad al proceso. Importante mencionar también la apertura que a raíz de la alternancia se dio a diferentes corrientes políticas incrementando con ello el nivel de  la propuesta y de las acciones generadas por un ambiente de competencia electoral.   
                Después de esta breve contextualización acerca del cambio en la vida política y democrática de nuestro país a partir del  2000 y retomando el tema de fondo que llevó a que la alternancia política fuera posible, la búsqueda de más y mejores oportunidades, de mejor calidad de vida fundamentada en la esperanza de un país que prometía desarrollo y progreso, este fue el escenario que llevó a la voluntad de la mayoría a apostarle al “cambio”, hoy vemos con tristeza que el cambio sucedió pero a manera de retroceso no solo no se mejoraron las condiciones para la satisfacción de lo más mínimo indispensable del mexicano común, sino que también no hubo crecimiento en oportunidades, empleo, educación, y lo más lamentable es que derivado de esto hubo un incremento considerable en los niveles de pobreza lo cual fue a su vez, un detonante de violencia e inseguridad. Hoy ante este panorama adverso la situación política de  México se encuentra en la antesala de alternar nuevamente a un partido diferente en la Presidencia de la República siendo el Revolucionario Institucional quien se perfila de manera exorbitante en las preferencias electorales, un PRI que pareciera haber aprendido de los errores del pasado y aprovechado de la coyuntura de un Acción Nacional que no logro adaptarse al poder y a las exigencias populares. De seguir con la tendencia dada hasta el día de hoy en la intención del voto, no cabe duda que le tocará al PAN hacer entrega del poder al Revolucionario Institucional, partido que en su momento de manera pacífica y  democráticamente acató el designio popular y dio paso en aquel entonces a una nueva era en la vida democrática de México.
                Hoy como ciudadanos nos toca velar por lo que hasta el día de hoy se ha logrado avanzar en lo referente a la participación ciudadana y a la confiabilidad de los procedimientos electorales, hoy más que nunca debemos hacer valer nuestro voto el cual como apuntábamos al inicio de este escrito lleva implícito una larga lucha en la búsqueda de una democracia más participativa para hacer valer la decisión de la mayoría pero de manera más importante para que esta decisión sea respetada. Hoy los mexicanos damos un voto de confianza hacia los procedimientos electorales y a la madurez política de los actores para que tengan la capacidad primero de garantizar un proceso electoral en el marco de la legalidad y segundo para que sean cuales fueren los resultados emanados de voluntad popular sean respetados por el bien de la nación.