lunes, 3 de diciembre de 2012

EPN: La Esperanza del Cambio que México Requiere.





Por: Luis Villarreal Gil               Twitter: @luisvillarrealg

 

Vamos hacia adelante, es tiempo de romper los mitos y paradigmas y todo aquello que ha limitado nuestro desarrollo.”

Enrique Peña Nieto.

Con la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia culmina el régimen del PAN, que pasó entre la ocurrencia y las payasadas de Vicente Fox, a la necedad y la ilegitimidad de Felipe Calderón. El primero se hiciera del poder aglutinando a las masas que sentaron en él la esperanza de un cambio necesario por las condiciones sociales que imperaban entonces. El otro, que llegara a los pinos entre la duda del fraude electoral, carente de legitimidad y con la percepción social totalmente en su contra. De su actuar y los resultados tras doce años de gobiernos panistas mucho se ha escrito, mucho se ha hablado, algunos aseveran estabilidad económica, otros más, pobreza, desempleo y marginación, hay quienes aseguran que la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado era necesaria por que nadie nunca le había hecho frente a los delincuentes, la contraparte, más de sesenta mil muertos. Como quiera verse, con opiniones diversas, el sello característico con el que se despide Acción Nacional del poder es de violencia, muerte, inseguridad y pobreza. En política, percepción es realidad.

En este escenario se encuentra México el día de hoy. Así, a partir del primero de diciembre, asume la presidencia de la República Enrique Peña Nieto, quien deberá generar la confianza entre los mexicanos que aún ven en él el retorno de las viejas prácticas de un PRI, partido que, no obstante haber permanecido en la oposición y de haberse reestructurado no logra venderse como renovado. Lo cierto es que este partido ha dado muestras de madurez en sus procedimientos y adaptación a las circunstancias políticas y sociales, ante un electorado cada vez más participativo, consciente, crítico y determinante a la hora de emitir el sufragio. No será fácil para este instituto político retomar actuaciones de antaño, aunque tampoco creo que sea esa la intención: la manera de hacer política hoy en día dista mucho de la de entonces. La gente cambia, la circunstancia política cambia, los partidos o se adaptan o pierden adeptos y en una democracia cada vez más funcional y confiable no hay otra vía, el poder y la representación son su moneda de cambio.

El nuevo presidente deberá hacer frente a la reconstrucción del país y sus estructuras sociales. México se encuentra devastado, la circunstancia adversa con la que cierra su ciclo Felipe Calderón no culmina con su salida, urgen estrategias claras y bien definidas para que en el corto plazo se puedan obtener resultados: en primera instancia, en materia de seguridad y, de manera paulatina, recuperar la paz y las condiciones de estabilidad para el desarrollo. Ante esto, Enrique Peña Nieto ha anunciado cinco ejes rectores que implementará de manera inmediata en materia económica, fiscal, de educación, seguridad y desarrollo social. Además, dio a conocer trece puntos de acción, a los que llamó decisiones, las que desde mi punto de vista son relevantes por que dan clara muestra de que tiene conocimiento pleno no sólo de la problemática de nuestro país, sino de cómo solventarla de la mejor manera rumbo a la generación de las condiciones de estabilidad que México requiere y eso, ya es un buen comienzo.

La responsabilidad es muy grande y el reto aún mayor, el compromiso es para con todos los mexicanos sin distingos de partidos o preferencias electorales. México puede y debe cambiar, la esperanza de millones de mexicanos está centrada en el actuar del nuevo gobierno: o le damos el voto de confianza e intervenimos como sociedad en lo que nos corresponda para que esto suceda o permanecemos pasivos por no coincidir ideológicamente con quien hoy es ungido presidente. La determinación es a consciencia de cada quien en base a la participación que desee tener los próximos seis años y la proyección que haga de su situación particular en un futuro mediato, independientemente e inclusive con ellos y para ellos, el país deberá seguir siempre hacia adelante por la preservación de las condiciones del estado de bienestar y la justicia social de la nuestra y las próximas generaciones.

Si bien es cierto que se adjudica en rumbo del país a quien lo conduce, todos vamos en el mismo barco y si éste se hunde, ¡sálvese quien pueda!